miércoles, 12 de diciembre de 2012

El feudal de lo triste y lo vulgar, lo mediocre.

Ayer tuve reunión de ALEAS y como es evidente, el señor inmaduro asistió.

Al principio me puse algo nervioso, aquella persona tan oculta para mí y con la que había compartido tantas cosas, a la que no veía desde hacía dos meses y que me había hecho tanto daño. Pues bien al principio hubo un ambiente de tensión que se fue casi de inmediato cuando un amigo al que llevé se puso a hablar con él. Hizo bien porque le pedí discreción sobre el tema de que yo no le tolero después delo que me hizo.

Casi al final de la reunión caí en la cuenta de que tenía un aire de burlesca prepotencia que la etiqueta de patética le quedaba corta. Soltó unos comentarios de sensatez y finalizó con una pose de inmadurez disfrazada en madurez. Ahora sé de verdad, con toda la seguridad y total certeza de que me da pena, me da pena por ser el feudal de lo triste y lo vulgar, lo mediocre.

Ha cambiado sin embargo para bien mi percepción de nuestro amigo, del que en unas entradas atrás hablé, al que le gusto. Resulta que aunque él al principio también fuera a por mí, el por lo menos me ha pedido perdón por el daño que haya podido causar, él ha sido noble, conmigo a remendado todos los errores y estoy dispuesto a pasar todo por alto para que podamos ser grandes amigos.

Ayer contó como salió del armario mientras estaba otro chico de ALEAS y todos hablamos un poco sobre nuestras experiencias, sobretodo "nuestro amigos" y yo.

Como ahora estoy muchísimo más a gusto con él me apetece cambiarle el nombre, y como no me gusta que decir ningún nombre por aquí, he decidido que le llamaré a partir de ahora Ito.

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