viernes, 25 de enero de 2013

Estancamiento emocional.

Hoy he llegado al límite de mi paciencia. Ito y yo hemos hablado esta tarde y después de preguntarme por qué puse en el blog la frase de "la poesía no hace a una mentira cierta" (seguro porque creía que iba por él) me dijo que tenía que decirme una cosa que le molestó cuando hablé con él aquel día que le dejé las cosas claras.

Resulta que la ofensa fue porque dije que tengo amistades mejores con otra gente, y que por tenerlas tampoco les daba oportunidades de relación si no me gustaban. Realmente la ofensa fue porque le insinué que él no era mi mejor amigo, pero es que realmente no lo es. Quiero decir, medí mis palabras para no ofenderle y se molestó porque él creía que teníamos una "buena amistad", que yo no dije que no la tuviera, sólo que no era la mejor.

Con esto rompo totalmente la promesa de que no iba a cambiar nada entre nosotros, porque por no hacerlo ahora estoy peor que al principio. Se acabó. Al finalizar la conversación me ha dicho que soy menos maduro de lo que pensaba y que ya me daré cuenta con el tiempo. Y realmente me da muchísima pena, porque soy yo el que piensa que él es un inmaduro, es muy triste.

Sólo añadiré que te crees que tus criterios son universales, y con ellos sólo sabes reflejar una inmadurez propia de un estancamiento emocional.

sábado, 19 de enero de 2013

Camisas de once varas.

Tras recibir la carta de Ito estuve dos días reflexionando cómo darle un "no". Finalmente el día 7 quedé con él y para mi sorpresa se presentó con un regalo. No creáis que eso es bueno, porque no lo es. Aunque él dijese que el regalo no era para que influyese en mi respuesta, si lo aceptaba cada vez que lo mirase me acordaría de ese momento tan incómodo.Obviamente no se lo acepté como regalo y preferí comprárselo ayer. No quería que me hiciera ese regalo porque no estaba encima para aceptar un regalo suyo.

Lo que me dijo fue muy absurdo. En resumidas cuentas, no se explicaba cómo habiéndome enviado una carta no le daba una oportunidad; si a él le hubieran enviado una lo hubiera hecho. También me dijo que las relaciones nunca son cuentos de disney y que da igual si uno de la pareja no quiere a otro, que nunca se empieza queriendo de verdad y que el cuando empezó con el señor inmaduro no le quería, que salió con él porque fue majo esa noche. Alucinado me quedé. Y con todo esto me di cuenta de que no quiero tener nada con él nunca; es lo que yo llamaría alguien impropio para mí.

Por otro lado parece que el inicio de este año ha empezado con camisas de once varas. Estamos a sábado y mi madre no me habla desde el lunes. Todo fue por una pelea que tuvimos mientras me duchaba en la que me decía que no iba a privarse de entrar al baño mientras yo me duchaba solo porque yo quisiera mi intimidad. No me lo dijo así, son conclusiones. El caso es que entonces yo la dije que podría denunciarla por violación de este derecho, que puede ser un delito. Se lió a insultarme y a gritarme.

Días antes de esto, le leí mi texto para el concurso literario del instituto donde exponía mi lado más existencialista y pesimista. Exagerado, pero me sentía triste porque en esta casa le da igual a la gente que yo tenga sentimientos. Me dijo que le parecía egoísta que me sintiera triste.

A esto le añadimos una de las cosas que desencadeno mi ligera depresión. Mi padre gritando a la TV y yo diciéndole que por más que grite no le van a escuchar. Su respuesta fue que yo digo las cosas sin gritar y que tampoco nadie me escucha...

Y sinceramente me empiezo a encontrar mal así que me despido. Suerte a todxs.

viernes, 4 de enero de 2013

La poesía no hace a una mentira cierta.

Estoy metido en un pequeño gran lío como dirían los ingleses.

Ayer cuando llegué de la papelería abrí el buzón más como un hábito que por la esperanza de encontrar algo útil, pero de repente vi un sobre grueso y con mi nombre escrito a mano. El remitente era Ito, ya sabéis, al que le cambiamos el nombre entradas atrás. Resulta que en cuanto lo encontré sabía que el secreto que tenía mi hermana desde hacía unos días es que él me iba a mandar la carta.

No es muy difícil adivinar qué había en ella. De nuevo otra declaración de amor en poesía llena de halagos que en resumidas cuentas me hablaba de que era una tontería que se intentase olvidar de mí, que él tenía todo lo que yo buscaba y que debíamos estar juntos porque él estaba convencido de que yo también le quería a él, de algún modo, pero que le quería.

De pocas cosas estoy seguro últimamente, pero una de ellas es que yo a él no le quiero como está planteando y lo que me mosquea es que tiene toda la seguridad, y hasta me lo exclama, que yo le quiero a él, que seremos muy felices juntos y que sólo tenemos que darnos tiempo para que todo florezca, que ya tenemos comportamiento de pareja y que espera que le diga que lo intentemos, porque en realidad yo sólo le digo que no porque tengo miedo a que me haga lo mismo que el señor inmaduro.

A todos esto se le añade que a mi hermana le ha dicho que le estoy mandando indirectas. No dejé de hablarle como harían otros para que no se sintiese mal, pero veo que eso sólo le ha confundido. Hablaré con él, pero no le volveré a coger tanto el teléfono ni a hablarle tantas veces. Y no sé si lo creerá, pero la poesía no hace a una mentira cierta.

jueves, 3 de enero de 2013

El recuerdo de un tiempo más confuso aunque soñador.

Llevo unos días sintiéndome raro, aunque realmente visto lo visto, eso no es nada nuevo en mí. Llegué a la conclusión de que "La manera para superar lo que alguien te hizo es sacarlo de tu vida, haciendo que su ser deje de formar parte de ti", y con ello creo que he llegado, o por lo menos estoy empezando a llegar a un estado sin rencor hacia el señor inmaduro. Sigo pensando que es necio e ignorante, pero más que odio por ello le tengo compasión, me da pena.

Pero lo de sentirme raro no viene por eso. También estuve pensando en cómo aprovecharé mi vida hasta el día que la comparta con alguien y por fin pude ver y creérmelo sobre todo, que lo mejor es vivir sin buscar a esa persona, que si aparece por sorpresa será lo perfecto, sino podría confundirme y coger a la persona equivocada. Pensé en adoptar ese modo de vivir del vividor "follador" pero creo que de momento eso no es lo que busco. Además no estoy teniendo ganas de esas cosas...

Sobre esto también me preocupa que el chico que tal vez sea para mí no quiera empezar conociéndonos. Aunque pensándolo ahora, entonces él no sería para mí. Tampoco busco tirarme a todo el que vaya a conocer porque realmente yo no lo tengo una necesidad, no dejaré a mi lado humano para que gobierne mi lado despreocupado e instintivo.

Y a eso se le añade que no sé si hay un chico de CEJOS que me está tirando la caña, yo desde luego se la tiré un poco, pero después de pensar todo esto estoy en un plan asexual que no siento nada por nadie, ni cariño, ni atracción física ni nada, soy una piedra. Antes de mi primer novio, bueno y único, sentía por lo menos ese deseo, ese desenfreno "sexual", pero ahora ya ni eso... Sólo he llegado a sentir el verdadero golpeteo una vez, y temo no volver a hacerlo...

Pero supongo que volverá, así que debo tranquilizarme y seguir en plan de vivir el presente, porque me he imaginado, ¿y si el chico este no es al que busco y este está en al facultad? Pues sería una ruina. O a lo mejor a esa persona ya la conozco y aunque vaya a la universidad mi vida la pasaré con él, no se puede saber.

En conclusión lo que sí que puedo saber es que debo conocer a las personas, conocer a mucha gente y tan sólo esperar a que la ideal aparezca, tiene que aparecer, aunque sea impaciente y pueda tardar algunos años.

Pasando a otro tema he empezado a hacer un cuaderno, sacado de una idea de mi prima menor, en el que escribo frases a parte de canciones y filósofos, mías propias. Lo que intento con ella es hacer a parte de arte un refugio de mí mismo y cuando esté lleno, aunque tiene muchas páginas y sólo llevo 1 y media escrita, leerlo y que el recuerdo de un tiempo más confuso aunque soñador de nuevo pueda entrar en mí, y que la vuelta a la esclarecedora realidad, una espero mejor, pueda disfrutarla más aún.